Paula estaba muy enamorada de su nuevo novio Juan, hasta que a éste se le ocurrió la gran idea de decirle: “Mi amor por ti es tan grande que jamás se va a terminar, y no voy a perderte nunca, porque ese día voy a perseguirte hasta que vuelvas a estar conmigo”.
Qué romántico. Un tigre el tipo. Seguramente pensó: “Con ésta mato”.
Y vaya mató. Pero lo que mató fueron las ganas de Paula de seguir con él. Lo dejó al otro día.
En realidad no sabemos si Juan lo decía en serio o fue sólo para impresionar.
Si fue sólo para impresionar, realmente impresionó. Pero dudo que haya provocado el efecto esperado.
Algunas veces, en el afán de enamorarlas perdidamente, uno entra en la variante de decir cosas que en la totalidad de los casos producen un efecto contrario al que se busca al decirlas.
Es que cuando una mujer tiene la seguridad absoluta de que te tiene totalmente entregado y muerto de amor por ella, al punto que si no la tienes te mueres, es como que ya se acabó el juego. ¿Y quién perdió? Bien… vas entendiendo.
• Si me dejas me mato.
• Siempre voy a estar contigo pase lo que pase.
• Dime que me amas.
• Quiero que seas la última mujer de mi vida.
Estas son algunas de las tantas frases prohibidas que iremos viendo a medida.
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